Llegó el esperado día 3 de nuestro viaje de correr, y la emoción estaba en su punto máximo. Este sábado soleado nos tenía reservadas algunas experiencias memorables antes de enfrentar los 21k que marcarían el cierre de nuestro año. Así que, sin más preámbulos, te invitamos a un vistazo a nuestras aventuras en Comodoro Rivadavia y Rada Tilly.
Por la mañana, el entusiasmo nos llevó directamente al Centro Cultural de Comodoro Rivadavia, donde nos esperaba un paso crucial en nuestra preparación: el retiro del kit de carrera. La organización era impecable, y el ambiente en el lugar nos llenó de emoción. La atmósfera era diferente a la de las carreras urbanas masivas; aquí había menos gente, pero la pasión por correr unía a todos. "Run your way", reza la frase en la remera que nos entregaron, y ese sería nuestro lema para el día siguiente.
Con el kit en mano y tras algunas fotos para el recuerdo, nos dimos cuenta de que estábamos listos para afrontar el gran desafío de mañana. Todo estaba en su lugar, y la anticipación crecía a medida que el sol se alzaba sobre Comodoro Rivadavia.
Por la tarde, decidimos aprovechar nuestra estadía en la región para descubrir un lugar que varios amigos nos habían recomendado: Rada Tilly. Este rincón costero nos dejó maravillados.
A pesar del fuerte viento que caracteriza a la zona, las playas eran extensas, el mar cristalino (aunque increíblemente frío), y los paisajes parecían sacados de una película.
Mientras explorábamos, mi familia y yo nos deleitamos con la belleza natural y tomamos fotos para inmortalizar el momento. Incluso nuestros hijos encontraron tesoros marinos en la arena.
Sin embargo, una pequeña desventaja fue la falta de bares frente al mar para disfrutar de una merienda con vista al Mar Argentino.
Al regresar a Comodoro Rivadavia, notamos algo interesante. La falta de gente en las calles, tanto en Rada Tilly como en la ciudad, se debía al tiempo inclemente y al viento constante que caracterizan la región. A pesar de esto, decidimos llevar a cabo una actividad en la que los lugareños participan activamente. Nos dirigimos a una sala de juegos para disfrutar de un tiempo de diversión en familia. Este lugar resultó ser muy popular entre los habitantes locales, probablemente debido a las condiciones climáticas que limitan las actividades al aire libre para los niños.
Finalmente, al regresar a nuestro departamento por la costanera, notamos que los hermanos (Carola y Genaro)
se retiraron a hablar en privado, dejándonos adivinar de qué estarían conspirando.
Quién sabe qué emocionantes sorpresas nos depara el día de mañana en la carrera en nuestro "Viaje de Correr".
No podemos evitar sentir la emoción y la ansiedad de cara a la gran carrera que se avecina.
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